Los Programas para el Bienestar son hoy el eje de una política social que promete justicia y dignidad; su nombre guarda un sentido más profundo de transformación.
La idea central: un Estado que garantice bienestar
En la Mañanera del Pueblo, la presidenta Claudia Sheinbaum explicó que los Programas para el Bienestar no son un rótulo casual, sino el eje de una política pública que busca que toda persona en México pueda vivir con bienestar y que el Estado asuma la responsabilidad de garantizarlo.
El concepto, dijo, se expresa en pensiones, becas, apoyos productivos y servicios que priorizan a quienes históricamente han tenido menos oportunidades.
De la asistencia a los derechos: un cambio de enfoque
La mandataria contrastó dos modelos: la asistencia focalizada y el Estado de Bienestar entendido como un conjunto de derechos.
Bajo esta lógica, la Pensión para Personas Adultas Mayores se reconoce como un “sistema de seguridad social” universal:
un ingreso bimestral que permite cubrir, al menos, la canasta básica. A ello se suman las becas educativas,
los apoyos a personas con discapacidad, los programas para el campo y nuevas iniciativas como Salud Casa por Casa y
Pensión Mujeres Bienestar (para mujeres de 60 a 64 años), concebidas como medidas de justicia social.
Los números detrás del discurso
La Presidencia subrayó dos datos para dimensionar el alcance de esta estrategia:
- 82 % de los hogares en el país recibe al menos un programa de Bienestar.
- 850 mil millones de pesos es el presupuesto destinado en 2025 a estas políticas.
De acuerdo con el mensaje oficial, la clave es la entrega directa de los recursos, sin intermediarios, a través de la
Tarjeta del Banco del Bienestar. El objetivo: que el dinero público llegue a las familias y contribuya a reducir pobreza y desigualdad.
Continuidad de proyecto y rendición de cuentas
En vísperas del Primer Informe de Gobierno, la presidenta enmarcó estos programas como continuidad del proyecto iniciado en el sexenio anterior, ahora con la meta de consolidarlos. El énfasis, aseguró, está en principios y honestidad: recursos públicos con destino social verificable.
¿Qué cambia en la vida cotidiana?
Según la narrativa gubernamental, el enfoque “Bienestar” se traduce en:
- Ingresos garantizados en la vejez mediante una pensión universal a partir de los 65 años.
- Apoyo específico a mujeres de 60 a 64 años que reconoce labores de cuidado no remuneradas.
- Becas para alumnas y alumnos de escuelas públicas, con prioridad a familias en pobreza.
- Impulso al campo con apoyos directos para productoras y productores.
- Servicios cercanos como visitas de salud y esquemas de atención comunitaria.
Claves para entender el “Bienestar” como política pública
1) Universalidad y progresividad
Programas de cobertura amplia (como Adultos Mayores) conviven con otros de enfoque progresivo (discapacidad, mujeres de 60–64),
para priorizar a grupos con mayor vulnerabilidad.
2) Derechos, no favores
La incorporación de varios programas a la Constitución busca blindar su continuidad y desligarlos de coyunturas políticas.
3) Entrega directa y trazabilidad
La dispersión bancaria estandariza pagos y facilita auditoría y control social sobre el uso de recursos.
Lo que viene
Con el Primer Informe en puerta, el gobierno promete informar avances y retos.
El desafío será sostener la cobertura, eficacia y financiamiento del entramado de programas, al tiempo que se evalúa su impacto en ingresos, movilidad social y reducción de carencias.
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Conclusión
“Bienestar” no es solo una etiqueta: es la marca de un diseño institucional que apuesta por derechos garantizados,
inversión social masiva y entrega directa. Con cifras de cobertura y presupuesto como respaldo, la administración plantea que
la transformación se mide en la vida diaria: en una pensión que llega a tiempo, en una beca que evita el abandono escolar
o en un apoyo productivo que mantiene de pie a una familia. De aquí en adelante, la calidad del bienestar prometido dependerá de su
capacidad para sostener resultados y mejorar, año con año, la vida de quienes más lo necesitan.
Hoy, 82 por ciento de las familias mexicanas reciben presupuesto directo a través de los Programas para el Bienestar. Somos un gobierno para el pueblo. La transformación avanza. pic.twitter.com/LvEIgMnlig
— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) August 25, 2025