Un programa que abre la puerta a la capacitación y el trabajo formal para personas de 18 a 29 años, con un pago mensual y seguro médico.
Un puente sólido hacia la vida laboral
En un país donde la juventud ha enfrentado históricamente múltiples obstáculos para conseguir empleo, Jóvenes Construyendo el Futuro se ha convertido en una iniciativa clave para el desarrollo de quienes no estudian ni trabajan. Más allá de etiquetas discriminatorias, este programa nace con la meta de otorgar a las y los jóvenes una ruta de formación práctica en un centro de trabajo, recibiendo mensualmente un monto que cubre el salario mínimo vigente, así como afiliación a los servicios médicos del IMSS.
El panorama anterior dejaba a millones de muchachos en un limbo entre la dificultad de seguir estudiando y la falta de oportunidades laborales. Con el paso del tiempo, esta problemática impulsó la creación de Jóvenes Construyendo el Futuro, que en su primera etapa, a partir de 2019, brindó un apoyo efectivo a 2 millones de participantes. El avance no se detiene ahí: en la actual administración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, se abrió una convocatoria para 500 mil nuevos aprendices y se esperan más en el corto plazo.
¿Cómo funciona la capacitación?
El plan puede definirse como un intercambio en el que todas las partes ganan. De un lado, centros de trabajo —empresas, talleres, negocios u oficinas gubernamentales— se registran para recibir a una persona joven, dispuesta a aprender en la práctica. Por otro lado, los aspirantes de entre 18 y 29 años se inscriben, comparten sus intereses y habilidades, y son vinculados con espacios afines a su perfil. Durante los siguientes 12 meses, quien se integra adquiere la etiqueta de aprendiz, accediendo a un acompañamiento cercano donde se evalúa su progreso de forma mensual.
En la actualidad, Jóvenes Construyendo el Futuro ofrece un pago mensual de 8 mil 480.17 pesos, una cantidad que sigue el incremento del salario mínimo y refuerza la estabilidad de los participantes. A su vez, las y los beneficiarios cuentan con cobertura médica del IMSS, lo que mitiga el riesgo de desprotegerse ante enfermedades o accidentes. Es un apoyo integral que no se limita solo a la economía, sino que incluye la salud como parte esencial del bienestar.
Resultados palpables: altas tasas de inserción laboral
Uno de los datos más relevantes que reflejan el impacto de este programa es su contribución real a la empleabilidad de quienes finalizan la capacitación. De acuerdo con cifras oficiales, 6 de cada 10 egresados han encontrado un trabajo u ocupación formal al concluir el periodo de aprendizaje. Incluso, este número sube al 68% si se suma a aquellos que optaron por retomar sus estudios. Esto confirma que, lejos de ser un subsidio pasajero, el programa constituye un puente sólido hacia la independencia económica.
Las ventajas también se observan en las propias empresas, talleres y dependencias que participan. Al recibir nuevos talentos, se genera una dinámica de renovación interna. Muchas organizaciones aprovechan el proceso para identificar a jóvenes con potencial e incorporarlos a su plantilla de manera permanente. En estos casos, la capacitación deja de ser un simple entrenamiento y se convierte en la antesala de un contrato formal.
¿Cómo postularse o registrar un centro de trabajo?
El programa funciona a través de una plataforma digital oficial, donde tanto quienes buscan capacitarse como los centros de trabajo pueden crear un perfil. La inscripción de las y los interesados es bastante sencilla: solo hace falta proporcionar datos personales, indicar la ubicación geográfica y las áreas de interés o experiencia. Tras ello, la plataforma propone opciones adecuadas para cada perfil.
Por su parte, las empresas u organizaciones deben especificar cuántos lugares de entrenamiento ofrecen, qué tipo de actividades realizarían los aprendices, así como la ubicación de sus instalaciones. A lo largo del año de capacitación, se genera un sistema de evaluación mensual que los centros utilizan para dar retroalimentación sobre el desempeño, y los jóvenes para calificar también la calidad del aprendizaje ofrecido.
Rompiendo el estigma de los “ninis”
En el pasado, a la población juvenil sin ocupación ni estudios se le había tildado de “nini”, un término que suele tener connotaciones negativas y que pocas veces contemplaba las razones de fondo que llevan a una persona a quedarse fuera de las aulas o del mercado laboral. Jóvenes Construyendo el Futuro pretende romper con ese estigma, reconociendo que la falta de oportunidades no siempre corresponde a la falta de ganas o talento.
Además, el programa pone especial acento en apoyar a las mujeres jóvenes, quienes suelen enfrentar barreras adicionales al momento de buscar empleo. A lo largo del sexenio pasado se invirtieron 135 mil millones de pesos en esta iniciativa, demostrando que la voluntad política y los recursos bien encaminados pueden cambiar el rumbo de la juventud en contextos de desigualdad.
Hacia un horizonte de mayor cobertura
Con la primera convocatoria para 500 mil nuevos aprendices y la promesa de más registros en el futuro cercano, Jóvenes Construyendo el Futuro se mantiene como pilar del segundo piso de la Cuarta Transformación. El objetivo es claro: seguir integrando a jóvenes de todo el país a actividades productivas y formativas que les permitan acceder a un futuro más prometedor.
Las y los interesados deben mantenerse atentos a los canales oficiales, ya que se difundirán más fechas de registro y ampliaciones de cupo. Asimismo, es vital que el sector empresarial y las organizaciones continúen abriendo sus puertas a este talento en proceso de formación. Cuando la sociedad y el gobierno coordinan esfuerzos, los jóvenes dejan de ser excluidos y se convierten en agentes activos de desarrollo.
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Conclusión: una apuesta que rinde frutos
Jóvenes Construyendo el Futuro es, ante todo, una prueba de que las políticas públicas inclusivas y bien diseñadas pueden dar resultados positivos. Al proporcionar una beca mensual, un seguro médico y capacitación en un entorno real de trabajo, miles de personas han logrado no solo sobrevivir, sino impulsar un proyecto de vida digno y productivo.
Con una tasa de inserción laboral superior al 60%, el programa se reafirma como una opción viable para atacar la desocupación juvenil y cimentar la economía del país desde la base de la sociedad. Si la meta es que ningún joven en México se quede sin oportunidades de aprendizaje o empleo, esta iniciativa propone un camino claro: la capacitación guiada, respaldada económicamente, y con la mira puesta en generar un cambio profundo en las historias individuales y en la dinámica productiva nacional.
@JovConFuturo es una política pública sin precedentes en 🇲🇽. Este Programa capacita para el empleo 💼 a las y los jóvenes, 💰mientras reciben un apoyo económico mensual equivalente a un #SalarioMínimo. 🗓️ A la fecha, ha atendido a cerca de 3 millones de personas jóvenes.
— Marath Bolaños (@marathb) January 13, 2025
🙋♀️🙋♂️ El… pic.twitter.com/zVwmHdaLWN